Tres errores que no debes cometer para calmar el calor a tu perro

Cuando llega el verano nos preocupa, a veces en exceso, el calor que creemos que pasa nuestro can, lo que en ocasiones nos lleva a cometer errores por el desconocimiento en la materia. Veamos los errores más comunes y las alternativas que podemos proporcionarle.
Cortarle el pelo.
Uno de los errores mas comunes es llevarle a la peluquería a cortarle el pelo. Pensamos que esa capa de pelo es como meternos debajo de una manta en plena canícula. Pues resulta que ese pelo es un espléndido aislante térmico, que no sólo le protege del frío en los meses de invierno, sino también de las altas temperaturas del verano.
Partamos de la base que los perros no sudan por su piel como hacemos los humanos, lo que elimina los excesos de humedad bajo su manto; esto hace que su doble capa de pelo le proteja del calor similar a como lo hacen los aislantes térmicos que se usan en la industria o en la construcción.
Al cortarle el pelo, no sólo reducimos esa barrera térmica, sino que exponemos su piel a los peligrosos rayos ultravioleta, que le pueden causar graves quemaduras. Si bien es cierto que en muchas razas es necesario un corte de pelo por cuestiones higiénicas, te recomendamos que consultes siempre a un profesional antes de tomar esa decisión, para que tu perro esté siempre protegido del calor y del sol.
Mojarle para refrescarle
Como decíamos, la doble capa de la mayoría de los perros ejerce como aislante térmico natural. Dicho esto, al mojar el pelo de nuestro peludo sí le refrescamos el cuerpo (Muchos de ellos disfrutarán y lo tomarán como un agradable juego) pero en estos casos debemos tomar precauciones, ya que al mojar su pelo, rompemos esa barrera térmica al añadir humedad en su pelo, lo que al cabo de un rato esa humedad se calienta y llega crear un «efecto sauna» provocando el efecto contrario al deseado.
Una alternativa es mojarle las patas o la zona de la panza en lugar de su cuerpo. Las plantas de sus patas (almohadillas) es una de las pocas zonas de su cuerpo con glándulas sudoríparas, por lo que un simple «meter los pies en el agua» puede ser más que suficiente.
Si tu perro de moja de forma inevitable, evítale la exposición prolongada al sol para que su pelo seque sin aumentar su temperatura corporal. Recuerda que esa humedad rompe su barrera térmica. Si aún sigue húmedo por la noche, utiliza un secador para secarle su pelo
Los paseos por el pavimento ardiente.
Sacar a pasear a tu perro a pleno sol por una calle pavimentada, puede resultar una auténtica tortura para tu perro. Las temperaturas que alcanza el pavimento al sol pueden causarle quemaduras en sus almohadillas.
Evita las horas centrales del día y las zonas pavimentadas al sol. Un paseo por una zona de césped es más seguro y relajante para ellos.
Después del paseo, hidrátale los plantares con alguna crema o cera especial para sus almohadillas.
Un paseo por una zona de césped es más seguro y relajante para ellos.
Consejos para su bienestar.
Lo más importante es que siempre tenga disponible a su alcance agua fresca y limpia. Evita que beba de charcos, aguas estancadas o agua del mar (El agua del mar es tóxica para tu perro). En los paseos haz parada en alguna fuente de agua potable o lleva contigo una botella para que pueda beber. Ofrécele agua de vez en cuando.
Si tu perro come pienso seco habitualmente, inclúyele alimento húmedo como complemento a su pienso para darle ese extra de hidratación que necesita en verano.
Tener a su disposición una buena sombra en la que descansar. Él buscará el lugar más adecuado entre los que tenga disponibles. por eso es necesario que disponga de un lugar fresco a la sombra.
Evítale ejercicio innecesario. Los perros, en condiciones de altas temperaturas reducen notablemente el ejercicio físico. No le obligues. Si finalmente haces ejercicio con él, hazlo en horas de menos calor o por la noche.
Dale fruta con moderación. Sandía, melón, manzana, pera, son algunas frutas de temporada que le aportarán un extra de hidratación. Evita darle uvas o aguacate.
Piensa siempre que no todo lo que resulta beneficioso para un humano lo es también para un perro. En muchas circunstancias, nuestros organismos actúan de distinta manera.